Nivel Principiante
Imagina que estás pintando con tinta en papel. El CMYK es un modelo de colores que funciona con tintas, no con luz. Con él, todos los colores que ves en una revista, un cartel o una impresora se crean mezclando cuatro colores básicos de tinta: Cian (un tipo de azul), Magenta (un tipo de rosa), Amarillo y Negro (la «K»). Si mezclas los tres primeros, obtienes un color oscuro, y si no pones ninguna tinta, el papel se queda blanco.
Nivel Intermedio
El CMYK (Cyan, Magenta, Yellow, Key/Black) es un modelo de color sustractivo que se utiliza para la impresión en color. A diferencia del modelo RGB, que se basa en la adición de luz, el modelo CMYK se basa en la sustracción de luz. Las tintas absorben ciertas longitudes de onda de luz y reflejan otras. El color que percibimos es la luz que no es absorbida. Cada uno de los cuatro colores se utiliza en diferentes proporciones para generar la gama de colores deseada.
- C (Cian): Un tono de azul claro.
- M (Magenta): Un tono de rosa fuerte.
- Y (Amarillo): Un amarillo puro.
- K (Negro): Se utiliza para añadir profundidad, contraste y para imprimir texto, ya que la mezcla de los otros tres colores no produce un negro puro.
El CMYK es el estándar en la industria de la impresión y es fundamental para cualquier archivo que se vaya a imprimir.
Nivel Avanzado
Técnicamente, el modelo de color CMYK se basa en la forma en que los pigmentos de tinta interactúan con la luz. Cuando se imprimen puntos de tinta CMY, estos sustraen o absorben la luz del espectro de luz blanca, y la luz restante es la que percibimos como color. La adición del color Negro (K) es crucial para la impresión. Aunque una mezcla teórica de C, M e Y puede producir un color cercano al negro, el resultado es a menudo un tono oscuro y poco saturado. La tinta negra se utiliza para dar nitidez, contraste y para ahorrar costes, ya que es más barata que la mezcla de los otros tres colores.
El perfil de color es un factor crítico en el flujo de trabajo CMYK. Los perfiles de color (como el perfil ICC) se utilizan para gestionar la forma en que los colores se convierten de un dispositivo a otro (por ejemplo, de un monitor RGB a una impresora CMYK). La conversión de un archivo de color RGB a CMYK a menudo resulta en un espacio de color más limitado, lo que puede causar una ligera pérdida de saturación en los colores brillantes. Por ello, los diseñadores profesionales trabajan con perfiles de color específicos para su impresora o para el medio de impresión final para garantizar que el resultado impreso sea lo más fiel posible al diseño en pantalla.
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